Una se acurruca abrazada a la almohada,
gime y se da la vuelta remolona por un simple catarro
creyendo que es una tragedia sentirse así de "mal".
La radio acompaña y entretienen esas horas,
cuando de pronto surge una historia
que te revuelve los sentimientos,
te hace sentir insignificante y quejumbrosa.
Solo hay que mirar una cuarta por encima de tu nariz
para ver tragedias y superaciones tan valiosas
que hacen replantearse muchas cosas.
PATRICIA,
20 años, joven, linda, como una rosa roja.
Sus lindos ojos se le quedaron
en esa mirada dulce de niña buena de algunos años atrás.
La vida la pondría a prueba con tanta dureza
que solo su tenacidad y el amor haría el milagro.
Sólo un instante hubo de la dicha a la tragedia.
Con el calor dulce del último beso de su amor
durmiendo en sus labios, la fatalidad se cruzó en su camino
y como una una muñeca rota quedó entre los hierros
de aquél espantoso accidente.
No era ella, ausente, en coma, su vida se debatió día a día
tres largos años por abrir luz en su camino.
Milagro debería llamarse.
Poco a poco la fuerza y el amor de su familia la salvó,
y hoy ella misma, frágil pero recomponiendo su cuerpo pieza a pieza,
ha nacido a una nueva vida que le tiene reservado quién sabe qué.
A la pregunta a Patri de ¿que es lo que más te motiva?,
de sus labios salió como un susurro una respuesta de esperanza
tenaz, convincente "Que cada vez soy más independiente"...
La historia veraz, me dejo pensativa y emocionada,
no era para menos y sentí que ya no soy la misma.
Hoy aprendí la suerte que tengo de vivir, de amar
de poder disfrutar de todas las cosas que están cerca de mi,
que me son regaladas desde que nace el sol
hasta que se pone por el horizonte.
Restar importancia al futuro
y vivir el presente lo más consciente posible
de que la única ambición de la vida es no malgastarla
con quejas y amar lo que nos rodea.
Mavi g.g.