Atardecía en la playa vagabunda.
Como la mar,
nada le ata a un lugar,
ella no era de ninguna parte.
No pertenecía al suelo
como el árbol o la montaña
con raíces inamovibles,
petrificados.
Por eso la niña hundía
sus pies en la arena blanca
quedando así aprisionada
entre las olas que la salvaron.
Mojando sus pisadas,
al menos sentía que pertenecía
a alguien, al mar.
Nunca más estaría sola.
(ejercicio después de un día intenso)
Mavi g.g.
Como la mar,
nada le ata a un lugar,
ella no era de ninguna parte.
No pertenecía al suelo
como el árbol o la montaña
con raíces inamovibles,
petrificados.
Por eso la niña hundía
sus pies en la arena blanca
quedando así aprisionada
entre las olas que la salvaron.
Mojando sus pisadas,
al menos sentía que pertenecía
a alguien, al mar.
Nunca más estaría sola.
(ejercicio después de un día intenso)
Mavi g.g.
5 comentarios:
es bueno realizar ejercicios
en lo posible a diario las ideas fluyen con más soltura
muakkk :)
Una imagen deliciosa.
Y las palabras, a juego.
Besos.
Eso voy a tener que hacer yo para quedarme para siempre en mi playa cuando se acabe el verano: enterrar los pies en la arena.
¡Qué imagen tan bonita!
Yo pertenezco al mar,lo tengo claro.
Qué bonitos son tus cuadros,de composición y colorido.
Ahora sí,ya me voy que tengo mucho sueño...
Muack
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