Y ahora que...?
suplicas mi mirada,
yo desearía mirarte
con las pupilas duras, frías
y quisiera estar en otra piel
en otra parte.
Te hablo sin parar
y siento
como se escapan de mi
los reproches.
Tú
me miras en silencio
y me desarmas,
cogidos de las manos
retrocedemos
desandando los días
y al fin
nos perdemos en la nada
al caer la tarde.
En la alborada,
un gallo canta
porque amanece
y anuncia que la tregua
ha terminado.
Entonces
soy como un gato azul
que ronronea en tu regazo
porque te amo.
Mavi g.g.