La piel se eriza sin causa,
una respiración entrecortada
empuja un corazón desbocado en el pecho,
pom, pom, pom...
!Le he visto, le he visto!
y me ha mirado.
Una furtiva mirada
con destello fugaz.
¿como sucedió el encanto?
Me sentí ligera como pluma de gaviota
y un lazo invisible me ató a su figura.
Aire, brisa, lluvia...
nada sintió mi cara,
estaba ausente...
El mar me trajo la realidad.
Amanecía
cuando un rayo de sol
inundó mi habitación y
desperté del sueño aquel.
La vida sigue
más los sueños quedan.
v.g.g.