Vivo que no vivo
y morir no puedo.
Ellas, mis pinturas
se están poniendo de fiesta,
contentas, lo se, lo noto,
se remueven dentro de sus
habitáculos donde duermen
mis ilusiones todas juntas.
Un sin parar constante.
Como una costurera febril
remiendo pequeños desperfectos,
les doy brillo, barniz
(su olor me hace estornudar)
aportando chispa
en sus miradas.
Ando como loca de contenta,
pronto les dará la luz del día
a mis ilusiones, mis niños tapados hoy.
He descubierto que se puede ser feliz
con muy poco.
En las cosas pequeñas está
la grandeza de la vida.
Mavi g.g.