Mañana de ámbar y miel,
al final de la Primavera
respiro, estoy viva
más allá de la alegría
o del dolor.
Vive y permanece en mi
la niña que siempre fui,
que cobijo
confiada, cariñosa,
lejos de ella la malicia.
Pero hoy algo se rompe.
Siento como una araña
pegada a mi cuerpo
tejiendo en hilos invisibles
el desamor, la intolerancia
de quien confiaba su amistad,
por más preguntas que haga
no entiendo esa conducta...
Esperanza
Tiempo habrá para echar
el cuerpo a andar por caminos
favorables, lejos de infidelidades.
Un despertar a la vida
sin negros nubarrones
de ingratitud e indiferencias.
Hay tanto que descubrir,
tantos buenos e ilusionados
proyectos
que la vida te enseña,
a vivir sin dudas e incertidumbres
confiando en el ser humano.
Mavi g.g.