jueves, 29 de febrero de 2024

EL BOSQUE DEL IRATI

 





EL BOSQUE DEL IRATI

Esta es una historia que sucedió según cuentan en la tierra Navarra 
en la selva del Irati donde crecen miles de árboles. 
Hayas y Robles son los que pueblan ese bosque fantástico que mucho tiempo recorrimos
disfrutando de su inmensurable belleza.
Un paraíso en la tierra que guarda el encanto de una naturaleza virgen y acogedora.
Allí se une la paz y el silencio solo roto por el canto de los jilgueros 
que te siguen curiosos, sin dejar de hacer sonar sus hermosos trinos.

Existe en una ermita llamada de La Virgen de las Nieves donde se unen dos ríos de montaña
que dan vida al río Irati. Este atraviesa el  espacio que le da el nombre El Bosque del Irati.
Bueno, pues la historia que me contaron dice así.
A la orilla del cauce del río nacieron un roble y un haya, separados por el río.
Cada uno a la orilla del río, enfrentados pero creciendo robustos, ligeros, plagados de los pájaros que anidaban en él.
Fueron creciendo fuertes, y hermosos uno frente a otro.
En Primavera, se contaban a voces cuando el río pasaba manso, 
los nidos que el Herrerillo común hacían en sus ramas y un jolgorio de piar salía de esos nidos plagados de crías felices.
En la llegada del verano se asomaban al agua del río, donde se reflejaba el vuelo del Águila, del Buitre Leonado que buscaban su comida por entre los arbustos escondidos.

Los árboles amigos se hicieron en poco tiempo grandes, majestuosos. 
Felices de vivir en ese entorno tan idílico. Allí se respiraba paz, cuando por casualidad, llegamos un día de verano para refrescar los pies en esas aguas cristalinas y transparentes de nuestro querido Irati, el río del bosque con su mismo nombre.

Un día, cuentan que escucharon el ruido de unos madereros que estaban construyendo unas almadías 
con sus hermanos mayores.
Los dos árboles amigos fueron seleccionados, escogidos y cortados.
Al unirse los troncos que bajaban mansamente por "su" río abajo, al fin aquellos dos árboles que vivieron uno frente a otro durante un tiempo feliz, se unieron y se abrazaron.
Más tarde, en el aserradero, los utilizaron, uno para construir un puente donde dar paso a gentes que por allí caminaban disfrutando del bosque.
Y al otro árbol querido, convertido en una deliciosa barca de paseo que atravesaba el puente donde descansaba su amigo el roble.
De este modo vivieron juntos por siempre jamás, unidos por su querido río Irati que les vio nacer.

Mavi Gómez



  



miércoles, 28 de febrero de 2024

 

25 min 
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REFLEXIONES
Un tiempo a recuperar es ese que llega cuando dejas de ser imprescindible, cundo eres dueña de eso que te pertenece y aprendes entonces a volar.
Y vuelas y abres el corazón a la vida, encuentras que aquello que estaba dormido sale nuevo delante de tus ojos. Y los abres a la vez que tu entendimiento a lo nuevo.
Experimentas una sed de aprender para dedicar entonces las horas, tus horas a una quimera que no sabías que podría ser.
Abres una puerta y otra y en todas te quedas.
Aprendes y se hace realidad tu sentimiento, aquello que estaba esperando despertar.
Te das de pleno y gozas, te sientes importante, segura, necesaria.
Ahora es tu tiempo, lo aprovechas, lo sacas a relucir al sol.
Enseguida ves claro que eso que te es dado, debes compartirlo, mostrarlo, aunque no entiendas, no llegues a entender la razón, el porqué.
Y ahora te sientes sorprendida. Todo se resume a un camino sin explorar.
Un tiempo hubo en que fuera necesario aprender, pero no había espacio ni lugar.
Nunca es tarde, siempre se nace de nuevo. Se es capaz de cosas inexplicables. Sólo la voluntad es compañera, el acicate, aquello por lo que luchar. Vivir una etapa nueva de demostrar lo indemostrable.
Una forma de decir que si se quiere...se puede.
Te aferras a quien puede enseñar ese camino que necesitas para desarrollar esa potencia escondida que ni imaginas. Sale airosa tu intuición. Es brutal aquello que quitas importancia. Llega a ser un Don, una fortuna alcanzada sin esfuerzo.
Dios te ha dado esa facilidad para ver y sentir las cosas que te rodean.
Sin conocerme me preguntas y te contesto e intuyes de donde ha salido esa fuerza, esa manera de dar salida a la creatividad y te lo crees.
Me preguntas pues no te explicas el porqué. No es fácil decir lo que piensas, lo que sientes.
Sí sabes que lo que te ocurre. No es normal a pesar de que supiste ser especial y distinta. Que hay momentos donde no es necesario explicación. Tú intuyes la solución. Lo ves como Normal.
Mavi Gómez