Una imagen se asoma a mi retina,
mirador eterno de mi alma.
Atardece el poema.
Hay un cansancio interno.
Obstáculos que retrasan mi mano,
hoy ociosa.
Itinerario más que inseguro,
impreciso.
Allá en el cielo,
una luna roja
apunta un eclipse.
La función de interponerse
la Tierra, la Luna, el Sol.
Todo en uno
para que aparezca
ese momento mágico,
único, especial-
Marca un camino a seguir,
pues como ellos,
también se interponen
en mi camino,
miedos, desamparos, ruidos
de no estar a la altura.
No se puede forzar
el sentimiento.
Brota, debe brotar
y llenar los sentidos
y compartir con quien ama
la Poesía.
Esa música suave
que dulcifica el corazón,
ya cansado de esperar.
Quejido profundo
de una situación.
Nada es preciso,
todo es necesario.
Amar es lo que más importa
a las cosas pequeñas
que llenan el sentido de vivir.
Deslizarse como la música
de ese piano generoso
que acompaña y restaura
mi soledad.
Vivir poeta, morir de amor.
Despertar a la mañana
bajo un cielo inmenso y azul.
Dar gracias por respirar.
Eso trae consigo
la Poesía.
Mavi g.g.
