Pienso que el ser muy mediterráneos, el sentir en nuestra piel el sol radiante que nos rodea continuamente, forja nuestro caracter y la forma de comportarnos ante los días lluviosos.
Juán Ramón Jimenez me parece un delicioso poeta, con una sensibilidad a flor de piel, y dice muy bién el estado de ánimo en que se encuentra con sus versos.
"Lluvia de Otoño"
...El agua lava la yedra;
rompe el agua verdinegra;
el agua lava la piedra...
Y en mi corazón ardiente,
llueve, llueve dulcemente.
Está el horizonte triste;
¿el paisaje ya no existe?;
un día rosa persiste
en el pálido poniente...
Llueve,llueve dulcemente
Mi frente cae en mi mano.
!Ni una mujer, ni un hermano!
!Mi juventud pasa en vano
-Mi mano deja mi frente...-
!Llueve, llueve dulcemente!
!Tarde llueve; tarde, llora;
que aunque hubiera un sol de aurora
no llegaría mi hora
luminosa y floreciente!
!Llueve, llora dulcemente!