Cuando se lee un poema que cala, que dice,
somos distintos, porque consigue ordenar
nuestro interior.
Aquella poesía que se entiende,
da una sensación,
un cambio de pensar,
porque lo aclara el poema en sí.
No es nada inocente escribir poesía.
Con ella se participa de las cosas
que importan, que amas o aborreces.
Se vuelca el espíritu en ellas
con la confidencia de la palabra
siempre con prudencia.
Tras el lenguaje,
que es su confidente protector.
Poesía.
Sin saberlo te he buscado siempre
en las cosas sencillas
que llenan el alma.
Encontrar ese resquicio
para volcar sentimientos encontrados
en cada poema
que sale de mis manos.
Es la vida misma.
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