Duele respirar el aire
en un cielo sin orilla
que espera la noche.
Sombra sobre sombra,
la ingratitud no descansa,
la envidia está alerta,
solo queda el ser
como aventura sin mañana.
Nadie toque la puerta
aunque siga siempre abierta.
Nunca más será señuelo
de palabras casi muertas,
aquellas que vadean el río
de la realidad.
La brisa que apenas llega
en la última ola
tienda puentes sobre la arena.
Asumir lo negado
en triste cautela,
un inconcluso poema,
un desierto,
nada.
Mavi g.g.
en un cielo sin orilla
que espera la noche.
Sombra sobre sombra,
la ingratitud no descansa,
la envidia está alerta,
solo queda el ser
como aventura sin mañana.
Nadie toque la puerta
aunque siga siempre abierta.
Nunca más será señuelo
de palabras casi muertas,
aquellas que vadean el río
de la realidad.
La brisa que apenas llega
en la última ola
tienda puentes sobre la arena.
Asumir lo negado
en triste cautela,
un inconcluso poema,
un desierto,
nada.
Mavi g.g.
6 comentarios:
Qué dura es a veces la vida...
No tiene piedad con los sentimientos.
De la envidia prefiero no hablar... es el deporte nacional.
Besos.
La vida y sus trampas...siempre acechantes.
Aprovechemos los buenos momentos y adelante,Mavi.
Muackkkkkk
Hay tantos así...
Un beso.
Como os quiero!¡
Carmen!¡Guapa!¡ Me hace feliz tu palabra y verte aquí.
Besico Toro.
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