El chocolate,
manjar de dioses,
adictivo, suplente
de carencias afectivas.
Su sabor dulce /amargo /intenso/ ligero
apetece en los días de lluvia,
en los soleados,
mañana, tarde,noche...
cuando esperas,o te vas, o vuelves...
Consolando tristezas del alma,
desengaños amorosos
o celebrando alegrías.
Caliente, frío,
helado, sorbete,
o simplemente a mordiscos suaves, lentos,
afrodisíaco y tentador.
Mantener el sabor
en la boca,
pegado al paladar
con resistencia a que se acabe.
Tan antiguo como la humanidad.
Tan dulce como soñar despierto.
Consuelo de amores,
y desengaños.
El chocolate perdurará
mientras exista el deseo de celebrar
alegrías
y compensar penas del alma.
Un poema magistral hizo
Gioconda (Belli)
tomando al chocolate como tema.
Poema genial y sabroso.
Gioconda Belli*
Un cuadrado oscuro de chocolate
tiene para los dientes
el mismo efecto sensual
que el lodo en los pies traviesos de la niñez.
En la lengua, la densa materia oscura
suelta saliva en rojos cauces.
El chocolate se disuelve en dulce espeso fango
cuando lentamente se acarician los bordes
hasta que la tableta en la cavidad cálida
suelta aromas recuerdos y flores
en las distendidas papilas.
Ríos de chocolate
atraviesan encías y resquicios dentales
y el placer —que uno sabe fugaz—
da sus vueltas atrapado en la boca.
Devoro chocolate ahora que no te tengo
para, lícitamente y sin culpas,
abandonarme al erotismo.
Comiendo chocolate pienso en tu piel a mordiscos
pienso en tus piernas
tus pies
pienso en los manjares suculentos
de la vida.
de la vida.
1 comentario:
no me gusta el chocolate salvo en una barra llamada Shane Nuss , el resto ni blanco con licor menos ni relleno , la verdad soy de más salado jajaj sabor
besitos y feliz feliz semana
Publicar un comentario