El Otoño es tiempo de hormigas.
Recogen y recogen de aquí y de allá
para llenar su granero.
Hormigas chiquititas, diminutas, incansables, sabias conocedoras
de donde está el alimento.
Destacada una de ellas da la alarma,
las coordenadas y ya las tenemos
todas a tropel en fila india, a saciarse y acarrear sin tregua
todo o más de lo que sus cuerpecitos pueden arrastrar.
Les tengo un cariño y un respeto especial
(claro son tan chiquitas).
Creo que son ejemplo de tenacidad, de grupo bien construido,
muchas quedan en el camino...
(claro son tan chiquitas)
Con solo un soplo las puedes desbancar de su ruta.
¿Nos estarán dando un ejemplo a los humanos
que vivimos alegremente y
"Dios proveerá"
(así nos luce el pelo).
Lo tengo decido, en "otra dimensión"
quiero ser hormiga...
¿o gato?
¡Qué se yo!
Mavi g.g.