CREO QUE
aunque guste cada vez menos la Navidad
y lo que arrastra con ella,
no quita
para quedarse con lo esencial;
momentos preciosos de compartir
con quienes quieres,
algo mágico,
alegrías y sueños
alrededor de una mesa
dispuesta con mucho amor,
cantar villancicos alegres
y sentirse niño por un momento.
mientras el alma se relaja feliz.
Ese sí sería
el Espíritu de la Navidad.
Mavi g.g.