Domingo de Otoño
donde nada parece suceder,
donde el cielo
semeja un mar violento,
donde los susurros de palabras
el aire dispersa,
donde me aturde el ruido de los pájaros
que cambian de paisaje.
Respiro la brisa de la tarde
y escucho el murmullo de las hojas metálicas
que crujen por el seco viento
empujadas en cascadas de colores
rojas, naranja,amarillas,
muertas.
Es entonces que tu ausencia
me hace valorar
lo dulce de tu presencia
y espero en ti
porque tuyo es lo que pienso
como un perfume,
como una luz inesperada.
Mavi.g.g.