Con la fuerza de una ola
arrastras mi pensamiento
perezoso hacia ti.
La tarde cae rojiza,
un intenso aroma de jazmín
me adormece.
Sol impotente que se retira y arde tras la montaña.
Siento tu mirada que brilla intensa
muy fija en mi,
refresca por un instante
un tiempo caluroso y tenaz.
No se mueve ni un hilo del viento,
y me invitas a salir de mi sopor
con abrazos y susurrando
dulces palabras de amor.
No es sueño.
No es quimera.
Te yergues airoso.
Me quitas las penas.
La vida sin ti
sería una tormenta.