CIELO GRIS
Y la tormenta llegó, inesperada, sin avisar
dejando el cuerpo mojado y la ilusión
chorreando.
Lo sentia por mis "niños"
mis queridos cuadros,
que hoy tenian que salir al sol
y la lluvia nos dejo muy mojadas
las ganas de compartir sus colores
y sonrisas con nuevas gentes.
La playa estaba extrañamente tranquila
cuando un estruendo en forma de tormenta
de verano nos visitó,
todo carreras, sustos...
para nada,
desbarató el mercado y se fué por donde vino.
Y yo mas calada que una torrija,
con mi enfado a cuestas
corri a salvar a mis criaturas.
Alguna sufrieron la inclemencia
y hubo que calentarlas en su tiritona
con una buena friega
y un pañito caliente.
Otra vez será.