Azul la mañana.
Venus, cuerpo de guitarra,
mujer inconforme
a la orilla de un mar
sin bruma.
Mi lápiz ligero
desliza su silueta,
por el blanco lienzo,
en una ilusión
que plasmar
Sin ruido,
sólo la música
cadenciosa y furtiva
de Strauss
como fiel compañera,
capaz de hacerme soñar.
Sentimiento,
religión
cercana al alma,
que apunta rota de alegría,
un amanecer de sensaciónes
en un mar en calma.