Hacer teatro, pertenecer a un grupo de aficionados de ese arte, es, una forma muy bonita de desdoblarse y ser ese "otro" que quiso el autor, y de esa manera ser tantos personajes como obras se puedan interpretar.
Esa experiencia supone una gran satisfacción a la vez que un reto por interpretar quien no eres en la vida real; es como vivir muchas vidas a la vez dejando algo de tu personalidad en cada personaje que llevas a escena y que luego se quede allí donde lo representas, en el escenario, una vez que ha terminado la función.
Pienso que todo lo que significa compartir con otras personas aficiones y esfuerzos nos debe de llenar de alegría y de ilusión, y ser un aliciente para vivir aquello que nos justifica como persona, como ser humano. Eso nos debe hacer sentirnos bien en esta vida que tan complicada es muchas veces.