Llegamos por fin a la normalidad
normal.
A ese tiempo donde vuelve a ser tranquilo,
lógico.
El calo del verano cansa, agota,
embota los sentidos,
nos llena de ansiedad.
Un tiempo atípico para mi,
lleno de sobresaltos, visitas médicas,
dudas.
La vida se trastoca en un momento.
Surgen las incertidumbres, los miedos,
las preguntas sin respuesta.
Si no te aferras al dicho
de que...
¿son cosas de la edad?.
La edad solo es una circunstancia, sí,
pero el tiempo pasa su factura;
nos da esos esos sorpresas
en la salud,
sin enfermedad.
Mejor no pensar
vivir
aquello que nos toca
con ánimo, ilusión
que no nos falte algo de alegría.
Mavi Gómez