Tranquila amaneció la madrugada
preludio
de un buen día soleado.
Atrás quedan los ecos de las voces
de los más pequeños
que abrían sus ojos
aleteantes
como mariposas
ante los regalos
aprendidos en el catálogo
y ahora hechos realidad.
La vida continúa
en víspera
de anunciar tu cumplevidas,
un gusanillo me hace cosquillas en la tripa,
otro año más
celebrando tu calor, tu presencia,
mirándonos a los ojos pacientes
sabiendo
que vamos a devorarnos
en su intensidad
con la mirada
prendida en el futuro,
la realidad nos propone un sueño,
pero solo uno elige:
estar juntos
por siempre jamás.
Mavi g.g.