La tarde es cálida.
Metida entre pinceles
surge la aurora del color,
me lleva a recorrer de la mano
mis ilusiones.
Vivo sola, cada vez más sola
en un mundo de poemas blancos.
Sin avisar te fuiste lejos
antes que yo te viera.
Me pregunto donde quedó
la hermosura, esa que pasó de mi.
Tristeza.
Busco en el vacío.
Y la solución tiembla acurrucada
en espera de la palabra.
Hoy no fue un buen día.
El reloj interno me avisa ...
Descansa.
Hoy no brilló para mi el día.
Será verdad que hay que desalojar
el excesivo peso de mis hombros.
Se hace hora de un descanso.
Siento el silencio,
el desánimo.
La ilusión es breve,
acaba como espuma deshecha
en un vacío, en la melancolía.
Ya nada me abraza como quisiera.
Ellos, mis gatos lo saben
y no me abandonan.
Hoy no tuve un buen día.
Mavi g.g.
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