GOLONDRINAS

Me gusta mirar al cielo desde mi ventana,
respirar el aire de la mañana,
quedar absorta ante los giros
de las golondrinas
que anidan bajo mi balcón.
Ya pocas, escasas, las espero
con la ilusión de la primavera.
Hecho de menos los días
que llenaban de trinos
aquellas que con su murmullo
llenaban el final de la tarde.
Van y vienen
y juego con ellas,
buscan de mi mano
trocitos de algodón
que cogen al vuelo
piando sin parar
para confortar sus nidos.
El tiempo pasa en un suspiro.
Miro al trasluz esos válidos vuelos
de belleza que no alcanzo,
fugitivas pasan de mi
volando en círculos
jugando con sus dulces trinos.
Son esas pequeñas, grandes cosas
que merecen la pena vivir.

Mavi g.g.