Estoy confinada
en un territorio hostil,
escribo mi nombre
y me siento extraña.
Confuso sueño sin sueños
que caben en el cuenco
de una mano,
y pesan
amigo,
como la vida misma.
Temo a las imaginaciones
que vienen a la memoria
y me asusta.
Solo la brisa
del mar de invierno
abre un espacio de luz.
y recuerdo entonces
los días azules
de mi infancia feliz.
Mavi g.g.