La tarde desaparece
da paso a la noche que asusta
ruge el mar
con su acento viejo,
un sol de oro se queda en él.
Unos sentimientos encontrados
traen inseguros
angustias,
tristezas ocultas
que quedan lejos en el tiempo.
Respirar, respirar hondo
eriza la piel
el pensamiento queda en blanco,
solo la luz del amanecer
se cuela por las rendijas
de la ventana.
Entonces me acurruco a tu lado,
siento tu calor
tan mío...
Y todo el miedo
desaparece
por el arte de tu presencia.
Mavig.g.