EL MAR, LA MAR.
La calma está en la Mar, mis ojos también buscan esa calma. Ese acogedor mar, ese mediterráneo lindo.
Si te fijas en lo que se refleja en él, es una nube iridiscente, con forma icónica, celosa del brillo de esa aguas tranquilas, serenas entre blanca y gris.
Porque hace poco llovió pero no hace daño esa lluvia suave, intermitente. El mar está sereno, confiado, libre.
Habla con la nube para decir- tú no me haces daño.
¡Qué bonito es el mar sereno, lindo, acogedor!
¡Yo no sé a quien no le gusta el mar!
La mar hermosa, grandiosa, acogedora, relajante me trae un pensamiento.
-Ojalá pudiera vivir frente al mar.
Debe ser un privilegio, un sueño cumplido.
Asomarte a la ventana y poder ver las olas que acarician la fina arena dorada.
Es como si te saludaran para darte los buenos días.
También es hermoso cuando es rebelde, potente, superior.
Más cuando está tranquilo, el mirar su candidez y suavidad hace tener un sentimiento de paz y armonía.
Es un sentimiento puro.
Eso y mucho más es el mar para mi.
Una sensación de calma me invade ante su grandeza.
Me siento pequeña, hasta desamparada frente a él.
El sentimiento es de gratitud y amor a la Naturaleza viva reflejada en sus aguas.
Mavi Gomez
Qué bien has descrito tus sentimientos que son similares alos míos.
ResponderEliminarMe encanta el mar y lo necesito tanto...