Puede que un día
será materia de recuerdo.
Desastres tiene la Naturaleza
que duelen.
Esos enseres dispersos
como juguetes rotos,
indefensos a la fuerza
de un agua que allana
la tierra querida.
Pero la luz no se extingue,
una nueva primavera
quiere renacer,
en las ramas tronchadas del ciruelo.
Más, el Cedro plantado
y arropado con tanto amor,
aquél donde me miro complacida,
se extingue erguido.
Lloran sus ramas
pequeñas hojas secas.
No desistiré.
Como ave Fénix
renacerá su perfume a monte.
Todo será sobrevenido
y volveré a él una y otra vez
como abeja que da vueltas
alrededor de una flor
arrancada.
El aire queda limpio
para salir de amargos trances,
no me atrevo a decir
que nada peor pueda ocurrirme.
Son riesgos que se tienen,
que el vivir implica.
Mavi g.g.
Resiliencia se llama... Esa capacidad que tenemos los humanos de renacer (con más fuerza) cuando todo está negro.
ResponderEliminarUn saludo.