Sumo versos y muero
en cada uno
que escribo
al amor de la noche.
Apago la luz y
solo el viento pregona
como una música tenue
el latido del corazón mío.
Entonces el sueño
me vence,
me lleva más allá,
como gaviota
que al crepúsculo,
vuela nómada
sin dirección fija,
sin destino.
Así van mis sueños
de isla en isla,
de puerto en puerto
sin brújula en el tiempo.
Allá, a lo lejos
la mirada se disuelve tan solo.
Mavi g.g.